viernes, 10 de julio de 2020

ASÍ NACIÓ LA ORDEN DEL CARMEN Y LA ADVOCACIÓN DEL CARMEN

ASÍ NACIÓ LA ORDEN DEL CARMEN Y LA ADVOCACIÓN DEL CARMEN



ORIGEN HISTÓRICO DEL CARMELO

Dificultades ha encontrado la historiografía
carmelita de todos los tiempos pero especialmente en sus orígenes, ya que
carece de escritos fiables para conocer su origen y evolución. La Orden del
Carmen no tiene un hombre o mujer a quien pueda acudir como fundador o
fundadora. Su origen es sencillo, modesto, sin relieve. Un grupo de cruzados,
penitentes y peregrinos dieron vida a la futura Orden del Carmen en la última
década del siglo Xll en las laderas del Monte Carmelo, en Palestina.


El primer documento histórico que poseemos es
la Regla. Alberto Avogadro o de Vercelli, Patriarca de Jerusalén (+ 1214), de
acuerdo con su propósito, les entregó una breve Norma de vida. La Regla
albertina recibida por el 1209 será siempre punto de referencia y el libro fundamental
de la historia y espiritualidad de la Orden del Carmen. Bien podemos afirmar
que con ella incipit
Carmelus
.



Las primeras Constituciones que conocemos - 1281 - ya traen la Rúbrica prima
pero que hubo de ser anterior, en la que se afirma que estos primeros
habitantes del Carmelo se propusieron vivir en comunidad y trataron de emular a
San Elías y a él lo tomaron como padre espiritual. Estas Normas de vida se
convirtieron en Regla al ser aprobadas canónicamente por el Papa Honorio III,
el 30 de enero de 1226.


Valioso es también, para conocer los orígenes
del Carmelo, el testimonio de Jaime de Vitry (+ 1240), que fue obispo de Acre
(1210 - 1228), y escribió en su "Historia Orientalis" sobre este
grupo naciente de carmelitas. Afirma que no pocos de aquellos devotos
peregrinos, en lugar de volver a su patria, preferían quedarse en Palestina
para consagrarse al Señor, abrazando allí la vida monástica en el Monte
Carmelo, en las cercanías de la fuente de Elías. Allí, siguiendo el ejemplo del
santo y solitario profeta Elías, "vivían en pequeñas celdas y, cual abejas
del Señor, se dedicaban a elaborar en sus colmenas una miel espiritual de
exquisita dulzura".



El famoso historiador de la Edad Media, el dominico Vicente de Beauvais, en su
"Speculum maius", ofrece también datos preciosos sobre el origen de
los carmelitas en el Monte Carmelo.



Nos encontramos, pues, en Palestina ante un grupo de ermitaños, provenientes de
varios países europeos. No son nativos, sino occidentales; de rito latino, y
por tanto, distintos de los monjes grecoortodoxos del cercano monasterio de
Santa Margarita o Marina.



Este grupo anónimo de consagrados, en obsequio de Jesucristo, pronto se
dedicarán también a María en el espíritu de Elías.



2. TESTIMONIOS DE PEREGRINOS



Ninguno de los documentos que vamos a recordar se propuso estudiar el
marianismo del Carmelo. Sólo de pasada refieren datos de interés, lo que prueba
que cuando ellos escriben eran ya hechos conocidos de todos.



Tierra Santa fue siempre lugar de peregrinaciones, pues los cristianos de todos
los tiempos sentían ansias de visitar la tierra donde vivió y murió el Señor. A
escritos de estos peregrinos o palmeros debemos el primer testimonio claro y
explícito acerca del título mariano de nuestra primera capilla en el Monte Carmelo.
He aquí los testimonios más importantes:



a) "Citez de Jherusalem o Les Pelerinages pour aller en Jherusalem".
Fue escrito hacia 1230. En el capítulo primero trae este precioso testimonio:



"En esta misma montaña (del Carmelo) se encuentra la abadía de Santa
Margarita, que pertenece a los monjes griegos, y que está en un hermoso paraje.
En esa abadía, se conserva el lugar donde vivió San Elías y allí hay una
capilla en la roca. Detrás de la abadía de Santa Margarita, en la ladera de la
misma montaña hay un lugar muy bello y deleitoso donde viven los eremitas
latinos llamados Hermanos Carmelitas; allí encuentra una pequeña iglesia de la
Virgen; en toda esta zona hay abundancia de buenas aguas, que salen de la misma
roca de la montaña; desde la abadía de los griegos hasta los eremitas latinos;
la distancia es de una legua y media."



b) "Les sains pelerinages que l'en doit requerre en la Terre Sainte".
Probablemente es contemporáneo del anterior. Añade este nuevo dato:

"Cerca de esa abadía de Santa Margarita, en la ladera de la misma montaña
(el Carmelo), se encuentra un lugar muy bello y deleitoso donde viven los
ermitaños latinos llamados Hermanos Carmelitas. Hay allí una hermosa iglesia de
la Virgen; y existen allí por todas partes grandes plantaciones, regadas con el
agua que mana de la misma montaña."



c) El dominico francés Humberto de Dijon en 1330 realizó una peregrinación a
Tierra Santa que describió en su obra "Liber peregrinationis". En
ella trae este interesante testimonio:



"En el Monte Carmelo se encuentra una capilla bastante devota, erigida en
honor de la Santa Virgen. De este monte y de esa capilla como ellos mismos lo
afirman traen su origen y su nombre los Hermanos Carmelitas llamados Hermanos
de Santa María del Carmelo..."



Todos los testimonios conocidos concuerdan con los descubrimientos
arqueológicos realizados en 1958 en el Wadies Siah. Aquí han aparecido las
ruinas del monasterio y de la iglesia que los ermitaños latinos levantaron en
el primer cuarto del siglo XIII en honor de la Virgen María, V que es la célula
germinal de la Orden del Carmen.





3. DOCUMENTOS PONTIFICIOS



La primera mención del título mariano aparecería en la constitución
"Devotionis vestrae", dirigido desde Lyon por Inocencio IV, el 12 de
julio de 1247, al Prior y a los hermanos de Santa María del Monte Carmelo.



La fórmula breve Orden de Santa María del Monte Carmelo es más constante en los
ambientes de la Curia romana y ampliamente usada por los glossatores de la
Cancillería Apostólica. De hecho, la usa a menudo, no sólo en los
encabezamientos, sino también en el cuerpo del texto.



Otros papas, en varias de sus bulas o decretos, a lo largo de este siglo XIII,
darán a la Orden este título mariano.



Un paso más, el del patrocinio de María sobre el Carmelo, es defendido y vivido
por la Orden ya en el siglo XIII. El Papa Urbano IV, el 19 de febrero de 1263,
en su rescripto "Quoniam ut ait", anima a los fieles de Tierra Santa
concediéndoles cien días de indulgencia por cada ayuda material que diesen al
Provincial de los carmelitas, entregado a la reconstrucción del monasterio cuna
de la Orden. Precisamente en ese contexto prosaico, el Papa recuerda, de
pasada, que María es la Patrona del Carmelo, cosa que se da por vez primera en
un documento pontificio.



A partir de estos años de mediados del siglo XIII ya abundan tanto los
documentos pontificios que no vale la pena aducirlos. Casi todos los papas
hablan del marianismo de la Orden del Carmen y la recomiendan a reyes,
príncipes y obispos, a la vez que elogian su labor.



Habría que traer aquí, especialmente, los hermosos testimonios sobre este tema
de Pío XII, Pablo VI y Juan Pablo II, que en repetidas ocasiones han hablado
sobre la Orden del Carmen y su bendito Escapulario, pero ello nos
llevaría a extender demasiado este breve artículo.



Que María del Carmen, nuestra Santísima Madre, como la llamamos desde hace casi
ocho siglos los carmelitas, proteja al mundo, a la iglesia y al Carmelo.



Autor: Rafael María López Melús,
Carmelita.


Texto procedente de la Revista
Ave María, nº 699, Julio de 2004.















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