miércoles, 21 de diciembre de 2016

Zapatos para estar con Jesús

Zapatos para estar con Jesús

ZAPATOS PARA ESTAR CON JESÚS

Sólo faltaban cinco días para la Navidad. Aún no me había atrapado el espíritu de estas fiestas.
Los estacionamientos llenos, y dentro de las tiendas, el caos era mayor. No se podía ni caminar por los pasillos. ¿Por qué vine hoy?, me pregunté.
Me dolían los pies lo mismo que mi cabeza. En mi lista estaban los nombres de personas que decían no querer nada, pero yo sabía que si no les compraba algo se resentirían. Llené rápidamente mi carrito con compras de último minuto y me dirigí a las colas de las cajas registradoras. Escogí la más corta, calculé que serían por lo menos 20 minutos de espera.
Frente a mí había dos niños, uno de 10 años y su hermana de 5. Él iba mal vestido con un abrigo raído, zapatos deportivos muy grandes, probablemente 3 tallas más grande. Los jeans le quedaban cortos. Llevaba en sus sucias manos unos cuantos billetes arrugados. Su hermana iba vestida parecido a él, sólo que su pelo estaba enredado. Ella llevaba un par de zapatos de mujer dorados y resplandecientes.
Los villancicos navideños resonaban por toda la tienda y yo podía escuchar a la niñita tararearlos. Al llegar a la caja registradora, la niña le dio los zapatos cuidadosamente a la cajera, como si se tratara de un tesoro. La cajera les entregó el recibo y dijo: son $16.09. El niño puso sus arrugados billetes en el mostrador y empezó a rebuscarse los bolsillos. Finalmente contó $13.12. Bueno, creo que tendremos que devolverlos, volveremos otro día y los compraremos, añadió. Ante esto la niña dibujó un puchero en su rostro y dijo: "Pero a Jesús le hubieran encantado estos zapatos". Volveremos a casa trabajaremos un poco más y regresaremos por ellos. No llores, vamos a volver.
Sin tardar, yo le completé los tres dólares que faltaban a la cajera. Ellos habían estado esperando en la cola durante un buen rato y después de todo, era Navidad. Y en eso un par de bracitos me rodearon con un tierno abrazo y una voz me dijo, muchas gracias señor.
Aproveché la oportunidad para preguntarle qué había querido decir cuando dijo que a Jesús le encantarían esos zapatos. Y la niña, con sus grandes ojos redondos, me respondió:
"Mi mamá está enferma y yéndose al cielo. Mi papá nos dijo que se iría antes de Navidad para estar con Jesús. Mi maestra de catecismo dice que las calles del cielo son de oro reluciente tal como estos zapatos. ¿No se le verá a mi mamá hermosa caminando por esas calles con estos zapatos?"
Mis ojos se inundaron al ver una lágrima bajar por su rostro radiante. Por supuesto que sí, le respondí. Y en silencio, le di gracias a Dios por usar a estos niños para recordarme el verdadero valor de las cosas.


domingo, 27 de noviembre de 2016

Adviento y Navidad

Adviento y Navidad



EL ADVIENTO
SIGNIFICADO Y CONTENIDO

Adviento significa venida. Este tiempo nos prepara para la venida del Señor. La venida de Cristo al mundo se realiza en un triple plan:
PASADO: venida histórica a Palestina,
PRESENTE: venida sacramental, hoy,
FUTURO: venida gloriosa al fin del mundo.

Cristo está viniendo hoy y aquí, a nosotros, dentro de nosotros. Nos está haciendo concorpóreos suyos, solidarios de su persona y de su misterio redentor. Mediante el don de su palabra y de la eucaristía, Cristo se graba en nosotros. Nos hace su cuerpo. Su venida gloriosa al final de los tiempos no será otra cosa que la revelación de las venidas que ahora realiza en nosotros. Hay continuidad real entre su venida actual y su venida gloriosa. Exactamente igual como la semilla se prolonga en el fruto. Esta es la verdad de fe más grandiosa. Quien quiera encontrarse con el Cristo viviente, debe penetrar en el misterio de su presencia, a través de la liturgia. Es necesario que el cristiano tenga mirada interior. El adviento es radicalmente cercanía y presencia del Señor.

LOS GRANDES TESTIGOS DEL ADVIENTO
Son tres: El profeta Isaías, Juan el Bautista y la Virgen María.
Isaías anuncia cómo será el Mesías que vendrá. Sacude la conciencia del pueblo para crear en él actitud de espera. Exige pureza de corazón.
Juan el Bautista señala quién es el Mesías, que ya ha venido. Él mismo es modelo de austeridad y de ardiente espera.
María es la figura clave del adviento. En ella culmina la espera de Israel. Es la más fiel acogedora de la palabra hecha carne. La recibe en su seno y en su corazón. Ella le prestó su vida y su sangre. María es Jesús comenzado. Ella hizo posible la primera navidad y es modelo y cauce para todas las venidas de Dios a los hombres. María, por su fidelidad, es tipo y madre de la Iglesia.

LAS ACTITUDES FUNDAMENTALES DEL ADVIENTO
1. Actitud de espera. El mundo necesita de Dios. La humanidad está desencantada y desamparada. Las aspiraciones modernas de paz y de dicha, de unidad, de comunidad, son terreno preparado para la buena nueva. El adviento nos ayuda a comprender mejor el corazón del hombre y su tendencia insaciable de felicidad.
2. El retorno a Dios. La experiencia de frustración, de contingencia, de ambigüedad, de cautividad, de pérdida de la libertad exterior e interior de los hombres de hoy, puede suscitar la sed de Dios, y la necesidad de «subir a Jerusalén» como lugar de la morada de Dios, según los salmos de este tiempo. La infidelidad a Dios destruye al pueblo. Su fidelidad hace su verdadera historia e identidad. El adviento nos ayuda a conocer mejor a Dios y su amor al mundo. Nos da conocimiento interno de Cristo, que siendo rico por nosotros se hace pobre.
3. La conversión. Con Cristo, el reino está cerca dentro de nosotros. La voz del Bautista es el clamor del adviento: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios ... » (Is 40,3-5). El adviento nos enseña a hacernos presentes en la historia de la salvación de los ambientes, a entender el amor como salida de nosotros mismos y la solidaridad plena con los que sufren.
4. Jesús es el Mesías. Será el liberador del hombre entero. Luchará contra todo el mal y lo vencerá no por la violencia, sino por el camino de una victimación de amor. La salvación pasa por el encuentro personal con Cristo.
5. Gozo y alegría. El reino de Cristo no es sólo algo social y externo, sino interior y profundo. La venida del Mesías constituye el anuncio del gran gozo para el pueblo, de una alegría que conmueve hasta los mismos cielos cuando el pecador se arrepiente. El adviento nos enseña a conocer que Cristo, y su pascua, es la fiesta segura y definitiva de la nueva humanidad.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Padre Chelo realiza poderosa oración de sanación y liberación

Los pequeños detalles


LOS PEQUEÑOS DETALLES


paleta de colores El alumno, según él, había terminado el cuadro. Llamó a su maestro para que lo evaluara. Se acercó el maestro y observó la obra con detenimiento y concentración durante un rato. Entonces, le pidió al alumno la paleta y los pinceles. Con gran destreza dio unos cuantos trazos aquí y allá. Cuando el maestro le devolvió las pinturas al alumno el cuadro había cambiado notablemente. El alumno quedó asombrado; ante sus propios ojos la obra había pasado de mediocre a sublime. Casi con reverencia le dijo al maestro:

- ¿Cómo es posible que con unos cuantos toques, simples detalles, haya cambiado tanto el cuadro?

- Es que en esos pequeños detalles está el arte. Contestó el maestro.

Si lo vemos despacio, nos daremos cuenta que todo en la vida son detalles. Los grandes acontecimientos nos deslumbran tanto que a veces nos impiden ver esos pequeños milagros que nos rodean cada día. Un ave que canta, una flor que se abre, el beso de un hijo en nuestra mejilla, son ejemplos de pequeños detalles que al sumarse pueden hacer diferente nuestra existencia.

Todas las relaciones -familia, matrimonio, noviazgo o amistad- se basan en detalles. Nadie espera que remontes el Océano Atlántico por él, aunque probablemente sí que le hables el día de su cumpleaños. Nadie te pedirá que escales el Monte Everest para probar tu amistad, pero sí que lo visites durante unos minutos cuando sabes que está enfermo.

Hay quienes se pasan el tiempo esperando una oportunidad para demostrar de forma heroica su amor por alguien. Lo triste es que mientras esperan esa gran ocasión dejan pasar muchas otras, modestas pero significativas. Se puede pasar la vida sin que la otra persona necesitara jamás que le donaras un riñón, aunque se quedó esperando que le devolvieras la llamada.

Se piensa a veces que la felicidad es como ganar el premio de la lotería, un suceso majestuoso que de la noche a la mañana cambiará una vida miserable por una llena de dicha. Esto es falso, en verdad la felicidad se basa en pequeñeces, en detalles que sazonan día a día nuestra existencia.

Nos dejamos engañar con demasiada facilidad por la aparente simpleza. NO desestimes jamás el poder de las cosas pequeñas: una flor, una carta, una palmada en el hombro, una palabra de aliento o unas cuantas líneas en una tarjeta. Todas estas pueden parecer poca cosa, pero no pienses que son insignificantes.

En los momentos de mayor dicha o de mayor dolor se convierten en el cemento que une los ladrillos de esa construcción que llamamos relación. La flor se marchitará, las palabras quizá se las llevará el viento, pero el recuerdo de ambas permanecerá durante mucho tiempo en la mente y el corazón de quien las recibió.

¿Qué esperas entonces? Escribe ese email, haz esa visita, haz esa llamada con tu teléfono, envía ese whatsapp. Hazlo ahora, mientras la oportunidad aún es tuya. NO lo dejes para después por parecerte poca cosa. En las relaciones no hay cosas pequeñas, únicamente existen las que se hicieron y las que se quedaron en buenas intenciones...

Web católico de Javier

Los pequeños detalles


LOS PEQUEÑOS DETALLES


paleta de colores El alumno, según él, había terminado el cuadro. Llamó a su maestro para que lo evaluara. Se acercó el maestro y observó la obra con detenimiento y concentración durante un rato. Entonces, le pidió al alumno la paleta y los pinceles. Con gran destreza dio unos cuantos trazos aquí y allá. Cuando el maestro le devolvió las pinturas al alumno el cuadro había cambiado notablemente. El alumno quedó asombrado; ante sus propios ojos la obra había pasado de mediocre a sublime. Casi con reverencia le dijo al maestro:

- ¿Cómo es posible que con unos cuantos toques, simples detalles, haya cambiado tanto el cuadro?

- Es que en esos pequeños detalles está el arte. Contestó el maestro.

Si lo vemos despacio, nos daremos cuenta que todo en la vida son detalles. Los grandes acontecimientos nos deslumbran tanto que a veces nos impiden ver esos pequeños milagros que nos rodean cada día. Un ave que canta, una flor que se abre, el beso de un hijo en nuestra mejilla, son ejemplos de pequeños detalles que al sumarse pueden hacer diferente nuestra existencia.

Todas las relaciones -familia, matrimonio, noviazgo o amistad- se basan en detalles. Nadie espera que remontes el Océano Atlántico por él, aunque probablemente sí que le hables el día de su cumpleaños. Nadie te pedirá que escales el Monte Everest para probar tu amistad, pero sí que lo visites durante unos minutos cuando sabes que está enfermo.

Hay quienes se pasan el tiempo esperando una oportunidad para demostrar de forma heroica su amor por alguien. Lo triste es que mientras esperan esa gran ocasión dejan pasar muchas otras, modestas pero significativas. Se puede pasar la vida sin que la otra persona necesitara jamás que le donaras un riñón, aunque se quedó esperando que le devolvieras la llamada.

Se piensa a veces que la felicidad es como ganar el premio de la lotería, un suceso majestuoso que de la noche a la mañana cambiará una vida miserable por una llena de dicha. Esto es falso, en verdad la felicidad se basa en pequeñeces, en detalles que sazonan día a día nuestra existencia.

Nos dejamos engañar con demasiada facilidad por la aparente simpleza. NO desestimes jamás el poder de las cosas pequeñas: una flor, una carta, una palmada en el hombro, una palabra de aliento o unas cuantas líneas en una tarjeta. Todas estas pueden parecer poca cosa, pero no pienses que son insignificantes.

En los momentos de mayor dicha o de mayor dolor se convierten en el cemento que une los ladrillos de esa construcción que llamamos relación. La flor se marchitará, las palabras quizá se las llevará el viento, pero el recuerdo de ambas permanecerá durante mucho tiempo en la mente y el corazón de quien las recibió.

¿Qué esperas entonces? Escribe ese email, haz esa visita, haz esa llamada con tu teléfono, envía ese whatsapp. Hazlo ahora, mientras la oportunidad aún es tuya. NO lo dejes para después por parecerte poca cosa. En las relaciones no hay cosas pequeñas, únicamente existen las que se hicieron y las que se quedaron en buenas intenciones...

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viernes, 30 de septiembre de 2016

JUGAR AL DOMINÓ

JUGAR AL DOMINÓ





JUGAR AL DOMINÓ





juego del dominó¿Alguna vez has jugado al dominó? Cuando yo era muchacho, jugar al dominó era uno de mis pasatiempos favoritos. Hace algún tiempo, mientras visitaba a una familia, vi a un joven muchacho y a su abuelo jugando a ese juego. Al pensar en los días de mi niñez me vino a la mente un torrente de recuerdos.

Lo extraño del juego de dominó es que se gana perdiendo. Para ganar, tienes que perder tus fichas. El que primero se deshace de sus fichas gana el juego. Tienes que dar para obtener, perder para ganar, ser reducido a nada para llegar a la cima.

No es como el béisbol, el tenis u otros juegos, en los que el mayor número de carreras, puntos o anotaciones determina al ganador. ¡No! En el dominó, el que triunfa es el que primero llega a la nada.

La regla del hombre natural es: «Consigue todo lo que puedas.» La regla del hombre espiritual debería ser: «Da todo lo que puedas.» En la esfera espiritual, sólo conservaremos para siempre aquello que damos.

En la vida cristiana muchas veces las victorias más significativas y más importantes vienen disfrazadas en un atuendo de derrota, debemos reducirnos a nada antes de llegar a ser algo. La semilla que se guarda en el granero se enmohece y se deteriora, pero si se «bota» en el suelo aumenta 30, 60 y 100 por uno. «... si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo...» (Juan 12,24).

Recuerda, Jesús lo dio todo. Él es nuestro ejemplo.

Marcos 15:31 "Y de esta manera también los príncipes de los sacerdotes escarneciendo, decían unos a otros, con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar." (aunque sí podía, decidio no hacerlo. Por ti y por mi)

La vida es como un partido de tenis: ¡No Puedes ganar si no "sirves" bien!.

Mateo 20:28 "Como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos."

Web católico de Javier









domingo, 12 de junio de 2016

El árbol de los problemas

El árbol de los problemas

El árbol de los problemas

El carpintero que había contratado para
ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer año de
trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y le hizo perder una hora de trabajo y
ahora su antiguo camión se negaba a arrancar. Mientras lo llevaba a su casa en
mi automóvil, permaneció en el más absoluto silencio. Una vez que llegamos, me
invitó a conocer a su familia.
Mientras nos dirigíamos a la puerta, se
detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas
con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente
transformación.
Su bronceada cara estaba plena de
sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dió un beso a su esposa.
Posteriormente me acompañó hasta el coche. Cuando pasamos cerca del árbol,
sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que había visto hacer un rato antes.
"Oh, ese es mi árbol de los problemas" contestó. Sé que no puedo
evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura, los problemas no
pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a nuestros hijos. Así que simplemente,
cada noche cuando llego a casa, le digo al Señor "Te dejo colgados mis
problemas en este árbol. Ayúdame por favor, Señor, a afrontarlos de la manera
más adecuada" . Luego por la mañana los recojo otra vez diciendo:
"Señor, recojo nuevamente mis problemas. Ayúdame por favor a resolverlos".
Lo maravilloso es, dijo sonriendo, que cuando salgo por la mañana a recogerlos,
no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior, gracias a
Dios.


domingo, 1 de mayo de 2016

Mi madre, mi mejor amiga

Mi madre, mi mejor amiga

Dos
amigos se encontraban tomando un café, y uno le comenta en tono de queja al
otro:
*
Mi madre me llama mucho por teléfono a la oficina y solo para pedirme que vaya
a conversar con ella; siempre la misma queja, que 'se siente sola'. La verdad,
yo voy poco y en ocasiones siento que me molesta su forma de ser. Ya sabes como
son los viejos: Cuentan las mismas cosas una y otra vez y sin mencionar los
achaques que tiene cada día. Bueno, como tú sabes nunca me faltan los
compromisos: el trabajo, los amigos, la Asociación.. .. En fin, ya sabes como
es, ¿no?...
El
otro amigo se queda callado, y luego responde:
Yo
en cambio, converso mucho con mi madre. Cada vez que estoy triste, voy con
ella; cuando me siento solo o cuando tengo un problema y necesito fortaleza,
acudo a ella y ella me conforta, me da fortaleza, y siempre termino sintiéndome
mejor.
¡Caramba!
- se apenó el otro - Eres mejor que yo.
No
lo creas, soy igual que tú, o al menos lo era - respondió el amigo con
tristeza. En realidad visito a mi madre en el cementerio. Murió hace tiempo,
pero mientras estuvo conmigo, tampoco yo iba a conversar con ella, ya que
pensaba y sentía lo mismo que tú. Y no sabes cuánta falta me hace ahora su
presencia, cuánto no daría por sentir las caricias que con tanto amor me
prodigaba, y que yo rechazaba porque 'ya no era un niño'. O cuánto me pesa no haber
escuchado todos los consejos que me daba, cuando con torpeza le decía: 'Yo sé
lo que hago', y por ello cometí muchos errores. Ay amigo, si supieras ahora
cómo la busco, y ahora es mi mejor amiga.
Cuando
sentado en la tierra fría del camposanto mirando solo su foto en el muro gris,
en el que le puse 'te quiero', (palabras que nunca escuchó de mis labios), le
pido que me perdone por haber sido tan frío, por las veces que le mentí, y por
los muchos besos que no le di, mas el silencio me responde y cuando una brisa
acaricia mis mejillas, sé que ella me perdona.
-Mira
con ojos empañados a su amigo y luego dice- Discúlpame este arranque, pero si
de algo te sirve mi experiencia, conversa con ella hoy que la tienes, valora su
presencia resaltando sus virtudes que seguro posee, deja a un lado sus errores,
que de una u otra manera forma parte de su ser. No esperes a que esté en un
cementerio porque ahí la reflexión duele hasta el fondo del alma, porque
entiendes que ya nunca podrás hacer lo que dejaste pendiente. Será un hueco que
nunca podrás llenar. No permitas que te pase lo que me pasó a mí.
En
el camino, iba pensando en las palabras de su amigo. Cuando llegó a la oficina,
dijo a su secretaria: Comuníqueme por favor con mi madre, no me pase más
llamadas y también modifique mi agenda porque este día lo dedicaré a ella!.
¡¡No
dejes pasar este día sin decir 'te quiero'!!























©
Web católico de Javier



lunes, 28 de marzo de 2016

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Cristo resucitado, este es el mensaje central de la
liturgia de Pascua. Ante todo, Jesucristo resucitado, como objeto de fe, ante
la evidencia del sepulcro vacío: "vio y creyó" (Evangelio). Cristo
resucitado, objeto de proclamación y de testimonio ante el pueblo: "A Él,
a quien mataron colgándolo de un madero, Dios lo resucitó al tercer día"
(primera lectura). Cristo resucitado, objeto de transformación, levadura nueva
y ácimos de sinceridad y de verdad: "Sed masa nueva, como panes pascuales
que sois, pues Cristo, que es nuestro cordero pascual, ha sido ya
inmolado" (segunda lectura).
Mensaje
doctrinal
1. Cristo resucitado, objeto de fe. El sepulcro,
aunque esté vacío, no demuestra que Cristo ha resucitado. María Magdalena fue
al sepulcro y llegó a la siguiente conclusión: "Se han llevado del
sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto". Pedro entró en el
sepulcro y comprobó que "las vendas de lino, y el paño que habían colocado
sobre su cabeza estaban allí". Ni María ni Pedro creyeron, al ver el
sepulcro vacío, que Jesucristo había resucitado. Sólo Juan, "vio y
creyó", porque el sepulcro vacío le llevó a entender la Escritura, según
la cual Jesús tenía que resucitar de entre los muertos (Evangelio). "Esto
supone, nos enseña el catecismo 640, que constató en el estado del sepulcro
vacío que la ausencia del cuerpo de Jesús no había podido ser obra humana".
El conocimiento que, hasta entonces, Juan tenía de la Escritura era nocional,
por eso afectaba solamente sus ideas; ahora, al entrar en el sepulcro vacío,
ver las vendas y el sudario, el conocimiento de la Escritura se convierte en
experiencial y vital. Todavía Cristo resucitado no se le ha aparecido, pero ya
lo ha "visto", porque la Palabra de Dios es verdadera; las
apariciones de Cristo a los discípulos no harán, sino confirmar la fe en la
resurrección.
2. Cristo resucitado, objeto de proclamación. Cuando
el hombre vive una experiencia profunda, no la puede callar, por más que sea
consciente de que sus palabras no lograrán nunca expresar la intensidad, viveza
y plenitud de la experiencia. La experiencia de Cristo resucitado fue tan
marcada en el alma de los apóstoles y discípulos, que necesariamente tenían que
hablar de ella, a quienes no la habían tenido. Bueno, no sólo hablar de ella,
sino también testimoniarla, es decir, proclamar su verdad, incluso, llegado el
caso, con el sufrimiento y con la vida. Callar esa experiencia, hubiese sido
una muestra de egoísmo imperdonable. Por eso, los cristianos, durante los
primeros años, y como primer anuncio, eran monotemáticos. Lo único que decían
era que "Cristo fue matado por los judíos, pero que Dios lo resucitó de
entre los muertos". Todo lo demás gira en torno a este grande mensaje. No
proclaman ideas, por muy bellas que puedan ser, sino acontecimientos vividos en
primera persona. Esta experiencia de Cristo resucitado no fue pasajera, sino
que llegó a incorporarse, por así decir, a su misma existencia en este mundo, y
por este motivo, nunca cesaron de proclamar con sus labios y con su vida la
resurrección de Jesucristo.
3. Cristo resucitado, objeto de transformación. Hay
una relación estrechísima entre resurrección de Jesucristo y transformación del
hombre. Cristo, hombre perfecto, es el primero transformado al ser resucitado
por Dios, llegando a ser un hombre totalmente penetrado por el Espíritu. San
Pablo nos habla de la transformación ética, que comporta la experiencia de
Cristo resucitado, una transformación que toca las raíces mismas del hombre: la
sinceridad y la verdad. A su vez, el hombre transformado por Cristo resucitado,
es capaz de transformar a otros, como la levadura es capaz de hacer fermentar
toda la masa. Esta transformación ética y misionera se fundamenta en la
transformación interior, operada por el Espíritu de Cristo, que hace de todo el
que ha experimentado a Cristo resucitado un hombre enteramente espiritual,
impregnado del Espíritu.
Sugerencias
pastorales
1. Experimentar a Cristo resucitado. La experiencia se
hace o no se hace, se tiene o no se tiene. No puedes mandar un representante
para que haga la experiencia por ti. El cristianismo es una fe, pero penetrada
por una experiencia vital, a fin de que la fe no decaiga. La experiencia viva
de Cristo resucitado la puede hacer cualquier cristiano. Puesto que es un don
que Dios concede, lo primero que habrá que hacer es pedirla. ¡Qué mejor día que
el domingo de Pascua para pedir al Señor la gracia de esta experiencia! El
cristiano puede disponerse a recibir el don de esta experiencia, mediante el
desarrollo de una sensibilidad espiritual creciente. Al contacto con Dios, el
hombre va gustando a Dios y las cosas de Dios, va adquiriendo una mayor
capacidad de escucha y de docilidad al Espíritu, va sintonizando más con la fe
de la Iglesia. Esto constituye el terreno cultivado para que en él pueda nacer
y florecer la experiencia de Cristo resucitado. Todos sin excepción estamos
llamados a hacer esta experiencia. No pensemos que es sólo para unos cuantos
místicos, que tienen una cierta propensión a estos estados del alma. Es
importante, para todo cristiano, el hacerla, porque, quien la haya hecho, no
podrá seguir viviendo de la misma manera, incluso si ya se llevaba una vida
cristiana buena. Esa experiencia viva e intensa toca y cambia la mentalidad,
las costumbres, el estilo de vida, el modo de relacionarse con los demás, los
criterios de acción, las mismas obras, hasta el mismo carácter. Si has hecho ya
esta experiencia de Cristo resucitado, creo que estarás de acuerdo conmigo en
que con ella nos vienen todos los bienes. Si todavía no la has hecho, pide al
Señor que te conceda hacerla cuanto antes. ¡Ojalá sea el don que Dios te
concede esta Pascua!
2. La resurrección de Jesucristo y la ética cristiana.
¿Existe una ética cristiana? Digamos, al menos, que existe un modo cristiano de
vivir la ética. Existe sobre todo un fundamento de la ética cristiana, que es
la persona de Jesucristo, principalmente el misterio de su resurrección. Una
ética que no esté fundada en la persona y en el mensaje de Jesucristo, no podrá
recibir el nombre de cristiana. Y cuando hablo de ética cristiana, no me
refiero ni sólo ni principalmente a los profesores de ética en las universidades,
en los institutos o en los seminarios, sino al comportamiento cristiano en su
trabajo, ante los medios de comunicación, en el ámbito de la familia, ante los
impuestos, ante el pluralismo religioso, etcétera. Cristo resucitado nos ha
hecho partícipes de su vida divina mediante el bautismo y la gracia
santificante, y desea continuar repitiendo en nosotros su presencia ejemplar en
la historia. Vivamos la experiencia de Cristo resucitado, y estemos seguros de
vivir siempre un comportamiento ético digno del hombre. Entonces realmente la
resurrección de Jesucristo será el centro de nuestra vida y de nuestra fe.




Autor: P.
Antonio Izquierdo 

viernes, 4 de marzo de 2016

El náufrago

El náufrago

EL NÁUFRAGO

El único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y
deshabitada isla. El oró fervientemente a Dios pidiéndole ser rescatado, y cada
día escudriñaba el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar.
Cansado,
finalmente optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los
elementos y almacenar sus pocas pertenencias.
Un día, tras
merodear por la isla en busca de alimento, regresó a casa para encontrar su
cabañita envuelta en llamas, con el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor
había ocurrido... lo había perdido todo. Quedó anonadado con tristeza y rabia.
"Dios:
cómo me pudiste hacer esto a mi!" se lamentó.
Temprano al día
siguiente, sin embargo, fue despertado por el sonido de un barco que se
acercaba a la isla. Había venido a rescatarlo.
¿Cómo supieron
que estaba aquí?, preguntó el cansado hombre a sus salvadores.
"Vimos su
señal de humo", contestaron ellos.
Es fácil
descorazonarse cuando las cosas marchan mal. Pero no debemos desanimarnos,
porque Dios trabaja en nuestras vidas, aún en medio del dolor, la incertidumbre
y el sufrimiento.


¡Ten fe! Dios
está contigo y te ayudará a salir adelante.



viernes, 22 de enero de 2016

La ventana

La ventana

La ventana

Una pareja de recién casados se mudó a
una tranquila zona residencial.
Durante la primera mañana en la casa,
mientras tomaba café, la mujer se dio cuenta a través de la ventana de que una
vecina colgaba sábanas en el tendedero.
¡Que sábanas tan sucias cuelga la vecina
en el tendedero! Quizás necesita un jabón nuevo… ¡Me gustaría ayudarla a lavar
las sábanas!
El marido miró y quedó callado.
Y así, cada dos o tres días, la mujer
repetía su discurso, mientras la vecina tendía sus ropa al sol y el viento.
Al mes, la mujer se sorprendió al ver a
la vecina tendiendo las sábanas totalmente limpias, y dijo al marido:
¡Mira, ella ha aprendido a lavar la ropa!
¿Le enseñaría otra vecina?
El marido le respondió:
No, ¡hoy me levanté más temprano y lavé
los vidrios de nuestra ventana!
Y la vida es así. Todo depende de la
limpieza de la ventana a través de la cual observamos los hechos. Antes de
criticar, quizás sería conveniente comprobar si hemos limpiado el corazón para
poder ver más claro.


Entonces podremos ver claramente la
limpieza del corazón de los demás…