martes, 3 de noviembre de 2015

El muro

El muro



EL   MURO
Dicen que una vez un hombre, era perseguido por varios malhechores que querían
matarlo. El hombre entró a una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo por
las cuevas anteriores de la que él se encontraba.
Con tal
desesperación elevó una plegaria a Dios, de la siguiente manera: "Dios
todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren
a matarme".
En ese momento
escuchó a los hombres acercándose a la cueva en la que él se encontraba, y vio
que apareció una arañita. La arañita empezó a tejer una telaraña en la entrada.
El hombre
volvió a elevar otra plegaria, esta vez más angustiado:
"Señor te
pedí ángeles, no una araña."
Y continuó:
"Señor, por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la
entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme".
Abrió los ojos
esperando ver el muro tapando la entrada, y observó a la arañita tejiendo la
telaraña.
Estaban ya los
malhechores accediendo a la cueva anterior a la que se encontraba el hombre y
éste quedó esperando su muerte. Cuando los malhechores estuvieron frente a la
cueva que se encontraba el hombre, la arañita ya había tapado toda la entrada.
Entonces se escuchó esta conversación:
Primer hombre:
Vamos, entremos a esta cueva.
Segundo hombre:
No. ¿No ves que hasta hay telarañas? Nadie debe haber entrado en esta cueva
desde hace tiempo. Sigamos buscando en las demás cuevas.
Moraleja.
"La fe es creer que se tiene lo que no se ve. Perseverar en lo
imposible" Hay una frase muy bella que dice:
"Si le
pides a Dios un árbol te lo dará, en forma de semilla".
Pedimos cosas
que desde nuestra perspectiva humana son lo que necesitamos, pero Dios nos da
aquellas con las cuales nos muestra que con cosas muy sencillas, Él puede hacer
mucho más.
Como en esta
lectura, a veces pedimos muros para estar seguros, pero no tendría ningún
mérito pues sabríamos y tendríamos la certeza de que estamos protegidos. Dios,
en cambio, nos pide además confianza en Él, para dejar que su Gloria se
manifieste y haga que algo como una telaraña nos dé la misma protección que una
muralla.


Si has pedido
un muro y no ves más que una telaraña, recuerda que Dios puede convertir las
cosas... y confía en Él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario