miércoles, 21 de enero de 2015

APRENDER DE NUESTROS FRACASOS

APRENDER DE NUESTROS FRACASOS



APRENDER DE NUESTROS FRACASOS





Una de las primeras cosas que debemos
tener en cuenta para SER personas exitosas es... ¡aprender de "nuestros
fracasos"!



Aunque en algunas personas éstos han sido más frecuentes que en otras, todos
hemos tenido fracasos más de una oportunidad, podemos hablar de líderes
políticos que alcanzaron el triunfo después de haber fallado o fracasado en
diversas ocasiones pero lo que les ayudó a conquistar sus aspiraciones fue que
supieron asimilar con madurez la adversidad comprendiendo que los fracasos son
peldaños que conducen al verdadero éxito.



Fracaso no significa que todavía no hemos logrado nada, significa que hemos
aprendido algo.



Fracaso no significa que hemos actuado como necios, significa que hemos tenido
mucha fe.



Fracaso no significa falta de capacidad, significa que debemos hacer las cosas
de distinta manera.



Fracaso no significa que somos inferiores, significa que no somos perfectos.



Fracaso no significa que hemos perdido nuestra vida, significa que tenemos
buenas razones para comenzar de nuevo.



Fracaso no significa que debemos echarnos atrás, significa que debemos luchar
con mayor ahínco.



Fracaso no significa que jamás lograremos nuestras metas, significa que
tardaremos un poco más en alcanzarlas.



Fracaso no significa que Dios nos ha abandonado, significa que Dios tiene una
idea mejor para ti.



No te acuerdes sólo del Señor y de la Virgen María en situaciones de
adversidad. Tenlos también presentes en todas las circunstancias de tu vida,
las de éxito también.



Que el Señor te bendiga abundantemente.












APRENDER DE NUESTROS FRACASOS

APRENDER DE NUESTROS FRACASOS

jueves, 8 de enero de 2015

NO JUZGUES

NO JUZGUES



NO JUZGUES

Él quería que sus
hijos aprendiesen a no juzgar de manera apresurada. Por eso, a lo largo del
año, mandó que cada uno de ellos viajase hasta una localidad distante, donde
había un peral plantado.



Después de que volviese el último hijo, el hombre los reunió y pidió a cada uno
que les describiera lo que habían visto.



El primero dijo que el árbol era feo y retorcido.



El segundo hijo manifestó su desacuerdo, indicando que el árbol tenía hojas
verdes y estaba cubierto de preciosas flores de aroma tan dulce que él se
arriesgaría a decir que eran las flores más graciosas que había visto.



El tercer hijo argumentó que estaban confundidos, ya que el árbol estaba
repleto de frutos dorados, bellos y sabrosos. El árbol estaba tan cargado de
frutos que estaba arqueado y lleno de vida.



El último hijo no estuvo de acuerdo con los demás, diciendo que el árbol no
tenía flores ni frutos, aunque sí hojas coloridas con los más bellos tonos de
rojo y dorado.



El hombre explicó a sus hijos que todos estaban en lo cierto, pues cada uno
había visto el árbol en una estación diferente. Agregó que no se puede juzgar
un árbol o a una persona por sólo una estación.



La vida sólo puede ser cuantificado al final, cuando todas las estaciones se
completen. Quien desiste delante del invierno, pierde las delicias de las demás
estaciones.










ORACIÓN PARA TENER UN HOGAR FELIZ

ORACIÓN PARA TENER UN HOGAR FELIZ



ORACIÓN PARA TENER UN HOGAR FELIZ





Señor,
Jesús, Tú viviste en una familia feliz.

Haz de esta casa una morada de tu presencia,

un hogar cálido y dichoso.


Venga la tranquilidad a todos sus miembros,

la serenidad a nuestros nervios.

el control a nuestra lenguas,

la salud a nuestros cuerpos.



Que los hijos sean y se sientan amados

y se alejen de ella para siempre

la ingratitud y el egoísmo.



Inunda, Señor, el corazón de los padres

de paciencia y comprensión,

y de una generosidad sin límites.



Extiende, Señor Dios, un toldo de amor

para cobijar y refrescar, calentar y madurar

a todos los hijos de la casa.


Danos el pan de
cada día,


y aleja de nuestra casa

el afán de exhibir, brillar y aparecer,

líbranos de las vanidades mundanas

y de las ambiciones que inquietan y roban la paz.



Que la alegría
brille en los ojos,


la confianza abra todas las puertas,

la dicha resplandezca como un sol;

sea la paz la reina de este hogar

y la unidad su sólido entramado.



Te lo pedimos a Ti que fuiste un hijo feliz 

en el hogar de Nazaret junto a María y José
Amén.