CARTA PASTORAL
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia…
Lo que ates en la tierra, quedará atado en los cielos
y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos (Mt 16,18-20).
A todos los fieles y personas de buena voluntad
Queridos hermanos: Paz en el Señor.
Les escribimos esta carta con ocasión de la próxima visita apostólica que va a
realizar el Papa Francisco al Perú los días 18 al 21 de enero del próximo año 2018. Y lo
hacemos con el propósito de orientar a todos sobre su sentido y el espíritu con que
debemos prepararnos para recibir al Santo Padre y acoger el testimonio de fe y
esperanza que nos trae en nombre del Señor Jesús.
El anuncio de la visita nos llena de alegría al pueblo cristiano y es motivo de
esperanza para todo el Perú. El gozo que sentimos nos compromete a prepararnos
adecuadamente para que esos días sean de gracia y bendición y ocasión de siembra
generosa, llamada a dar frutos de renovación en nuestra vida cristiana y de
fortalecimiento de los valores de convivencia cívicos, de los que estamos tan urgidos en
el momento presente.
1. “Vayan y hagan discípulos a todas las gentes… y enséñenles a guardar todo lo
que yo les he mandado (Mt 28,19-20)
¿Por qué viene el Papa al Perú? ¿A qué obedece esta decisión suya? La visita del
Papa Francisco la entendemos a la luz del testamento de Jesús a los apóstoles. Este
mandato misionero es un imperativo siempre actual y debe estar permanentemente
presente en la vida de la Iglesia. “Evangelizar constituye la dicha y vocación propia de
la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar”, en feliz expresión
del beato Pablo VI (En 14). Así ha sido a lo largo de los siglos y lo es en la actualidad.
En esta clave hemos de entender toda la actividad de la Iglesia y la de cada uno de
nosotros.
La responsabilidad del anuncio del evangelio compete en primer lugar a todos los
obispos unidos al Papa. Este, como sucesor de Pedro y piedra sobre la que Cristo edifica
su Iglesia, cumple su deber de muchas maneras; una de ellas son las visitas apostólicas
que realiza a los diversos países. En estas procura que el encuentro con los distintos
grupos de personas favorezca el encuentro de los creyentes con Jesucristo vivo y la
transmisión de la fe a cuantos no lo conocen o se han alejado de Él.
Con las visitas el Papa siempre busca la cercanía con los fieles y personas de buena
voluntad, para llevarlos al encuentro con Jesucristo vivo y hacer posible la transmisión
de la fe a cuantos no lo conocen o se han alejado de Él. Igualmente promueve la unión
de todos los cristianos, el respeto entre todos los grupos de creyentes, la convivencia
entre los pueblos y el cuidado responsable de la creación. Con su cercanía, su anuncio
gozoso de Jesús Salvador, su humilde servicio de evangelizador y el aroma evangélico
que desprende su persona atrae a todos al encuentro con Jesús.
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2. “Confirma a tus hermanos” (Lc 22,32)
¿Para qué viene el Papa?
Sabiendo Jesús que el apóstol Pedro le negaría por tres veces, le dice: “Yo he rogado
por ti, para que tu fe no flaquee, y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos en la
fe” (Lc 22,32). A esto viene el Papa al Perú. El Pedro de hoy viene a confirmarnos en la
fe en Cristo para que seamos testimonio de unidad y coherencia.
La fe de los creyentes siempre necesita ser fortalecida, porque el pecado presente en
la sociedad y en la vida de los cristianos, incluidos aquellos de quienes debiera
esperarse siempre un testimonio más claro de coherencia, pone en peligro la fe de los
más débiles.
Tenemos la firme esperanza de que la presencia del Papa, su mensaje claro y
estimulante de puro sabor evangélico, su testimonio de vida, su cercanía, especialmente
con los últimos de la sociedad, su lenguaje franco y directo… contribuirán a que la fe de
nuestro pueblo sea sacudida por el viento fuerte del Espíritu Santo, de suerte que a todos
nos impulse a una renovada y más rica vivencia de la misma.
3. ¡Ay de mí, si no anuncio el evangelio! (1Cor 9,16)
La urgencia evangelizadora que experimentó el apóstol Pablo nos empuja a una
renovada vivencia de fe, que nos anime a hacer el camino de cada día en la humilde
escucha y fiel seguimiento de la Palabra del Señor, en unión de todos los hermanos.
Esta actitud nos tiene que impulsar a hacer llegar la Palabra de salvación a todas las
personas, ambientes, grupos humanos… a los que todavía no ha llegado o adonde ha
dejado de ser escuchada.
Hoy ya no es suficiente un cristianismo recibido principalmente por tradición o
herencia. Nadie nace cristiano, nos hacemos cristianos por una decisión personal. El que
ha optado por seguir a Jesús ha de tener muy presente que “la evangelización es tarea de
la Iglesia”, y que todo el pueblo cristiano es sujeto de evangelización (Cf Eg 111). De
ahí deriva la necesidad de ser testigos del Señor Jesús, que se ha hecho hombre y ha
muerto y resucitado para que en Él tengamos vida, ahora y en la eternidad.
Conclusión
Una vez recibido con gran alegría el anuncio de la llegada del Papa, la Iglesia en el
Perú hemos comenzado a orar por los frutos espirituales y la renovada convivencia entre
todo nuestro pueblo. Encomendamos a la intercesión de la Virgen María, Estrella de la
evangelización, a los beatos mártires de Chimbote y a nuestros santos: Toribio, Rosa,
Martín, Francisco Solano, Juan Macías… los frutos espirituales de esta visita apostólica
del Papa Francisco a nuestra querida Patria, el Perú.
Con nuestro afecto y bendición.
Lima, 4 de agosto de 2017.
Los obispos del Perú
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