Jackson Brown no es un gran pensador, ni un Nóbel de literatura. Es sólo
un hombre común, un padre preocupado por la felicidad de su hijo que quiso
escribir estos simples 'consejos', al momento que éste se iría a estudiar
a la Universidad, lejos de su casa. Su hijo decidió fotocopiarlos y los
distribuyó entre sus compañeros de estudio. Tuvieron tanto éxito, que una
editorial le pidió autorización a Brown para editar un libro con ellos. Poco
tiempo después, ampliado bajo el título 'Vivir Feliz', se convirtió en un Best
Seller que lleva decenas de ediciones y millones de ejemplares traducidos a
varios idiomas.
Observa el amanecer por lo menos una vez al año.
Estrecha la mano con firmeza, y mira a la gente de frente a los ojos.un hombre común, un padre preocupado por la felicidad de su hijo que quiso
escribir estos simples 'consejos', al momento que éste se iría a estudiar
a la Universidad, lejos de su casa. Su hijo decidió fotocopiarlos y los
distribuyó entre sus compañeros de estudio. Tuvieron tanto éxito, que una
editorial le pidió autorización a Brown para editar un libro con ellos. Poco
tiempo después, ampliado bajo el título 'Vivir Feliz', se convirtió en un Best
Seller que lleva decenas de ediciones y millones de ejemplares traducidos a
varios idiomas.
Observa el amanecer por lo menos una vez al año.
Ten un buen equipo de música.
Elige a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de tenis:
busca que sea fuerte donde tú eres débil y viceversa.
Desconfía de los fanfarrones: nadie alardea de lo que le sobra.
Recuerda los cumpleaños de la gente que te importa.
Evita a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada
solución.
Conduce automóviles que no sean muy caros, pero date el gusto de tener una
buena casa.
Nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena primera
impresión.
No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a alguien que
está perdiendo el pelo. Ya lo sabe.
Recuerda que se logra más de las personas por medio del estímulo que del
reproche (dile al débil que es fuerte y lo verás hacer fuerza).
Anímate a presentarte a alguien que te cae bien simplemente con una sonrisa y
diciendo: Mi nombre es fulano de tal; todavía no nos han presentado.
Nunca amenaces si no estás dispuesto a cumplir.
Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo más pesado.
Haz lo que sea correcto, sin importar lo que otros piensen.
Encomienda tus tareas y decisiones diariamente al Espíritu Santo
Dale una mano a tu hijo cada vez que tengas la oportunidad. Llegará el momento
en que ya no te dejará hacerlo.
Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas. Ubica tus
pretensiones en el marco de tus posibilidades.
Recuerda el viejo proverbio: Sin deudas, sin peligro.
No hay nada más difícil que responder a las preguntas de los necios.
Aprende a compartir con los demás y descubre la alegría de ser útil a tu
prójimo. (El que no vive para servir, no sirve para vivir).
Acude a tus compromisos a tiempo. La puntualidad es el respeto por el tiempo
ajeno.
Confía en Dios, pero cierra tu automóvil con llave.
Recuerda que el gran amor y el gran desafío incluyen también 'el gran
riesgo'.
Nunca confundas riqueza con éxito.
No pierdas nunca el sentido del humor y aprende a reírte de tus propios
defectos.
No esperes que otro sepa lo que quieres si no lo dices
Aunque tengas una posición holgada, haz que tus hijos paguen parte de sus
estudios.
Haz dos copias de las fotos que saques y envíalas a las personas que aparezcan
en las fotos.
Trata a tus empleados con el mismo respeto con que tratas a tus clientes.
No olvides que el silencio es a veces la mejor respuesta.
No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene.
Nunca compres un colchón barato: nos pasamos la tercera parte nuestra vida
encima de él.
No confundas comfort con felicidad.
Nunca compres nada eléctrico en una feria artesanal.
Escucha el doble de lo que hablas (por eso Dios nos dio dos oídos y una sola
boca).
Cuando necesites un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a
amigos.
Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos.
El amigo que nunca falla es Jesús. Confía siempre en Él y rézale todos los
días.
Nunca envidies: la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al
talento.
Recuerda que la felicidad no es una meta sino un camino: disfruta mientras lo
recorres.
Si no quieres sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles.
'La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo... simplemente
disfruta al máximo de todo lo que Dios pone en su camino'
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